Estos cachorritos fueron encontrados en el terraplén de la estación de trenes de Villa Domínico. Eran tres, dos hembras y un machito de al menos 60 días. Se hallaban en crueles condiciones, famélicos, con olor cadavérico, muy sucios, débiles, sin fuerzas.
En el lugar había un cachorrito muerto dentro de una bolsa de cartón. Todos rodeados de hormigas y moscas, cabezas de cerdo, naranjas y otros restos.
Se los trasladó inmediatamente a un consultorio veterinario donde fueron asistidos y medicados. Sólo uno de ellos presentaba temperatura corporal normal, los otros dos la tenían por debajo de lo aceptable. Estaban deshidratados y desnutridos, con las encías blancas. Se les suministró antibióticos, antidiarreico, vitaminas y demás medicación por via subcutánea para intentar reanimarlos.
Lamentablemente fallecieron a pesar de todos los esfuerzos y esperanzas volcadas en su favorable recuperación. Fueron seres inocentes que no merecían sufrir de esta manera. La deshidratación junto a la desnutrición les quitaron la vida de la mano del acto salvaje de quienes los abandonaron a su suerte siendo tan chiquitos e indefensos.
Queremos creer que ahora descansan en paz, libres de todo dolor y sufrimientos.