Ahora Rube, ya recuperada, está lista para ser parte de un buen hogar. De a poco le creció todo el pelito con las sucesivas dosis de ivermectina junto a los baños sanitarios que recibió mientras que sus heridas cicatrizaron.
Está gordita, es juguetona, cambió completamente su carácter y ya sin sus ojos tristes, con mucha confianza y cariño para dar.
Se lleva bien en la convivencia con otros perros, compañera y guardiana. Es de tamaño medianito, petiza, negrita con pecho blanco. Tiene alrededor de dos años. Fue esterilizada, desparasitada y vacunada.
Busca una familia responsable, la que realmente merece.
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